Hace un par de años
había visto una película se llama “180 Degrees South” que cuenta la historia de un joven que viaja desde
California a Patagonia para seguir el camino del fundador de la marca Patagonia
y cuando la vi sabia que un día yo tenia que viajar allí. No tuve que soñar con Patagonia más
porque fue una realidad. Al principio, íbamos a ir a Torres de Paine, pero
tuvimos complicaciones con los vuelos y después de buscar otros destinos en la
inmensa Patagonia, decidimos ir a Valle Cochamó dos horas de Puerto Varas.
Antes de saberlo estamos en el terminal de buses esperando un TURBUS. El bus salió de Viña del Mar hacia Santiago a las 3:00 de la tarde y de Santiago tomamos un bus 7:30 que duró casi toda la noche a Puerto Varas.
Antes de saberlo estamos en el terminal de buses esperando un TURBUS. El bus salió de Viña del Mar hacia Santiago a las 3:00 de la tarde y de Santiago tomamos un bus 7:30 que duró casi toda la noche a Puerto Varas.
El ultimo día decidimos
regresar a caballo un huaso que vivía en el valle con su familia. Cuando era
niña siempre había tenido caballos por que a mi madre le encantaba ,así que
para mi no fue algo distinto; sin embargo, mi amigo nunca había montado
caballo y fue muy entretenido verlo. De hecho una sonrisa gigante quedó en su
cara casi toda la vuelta excepto cuando su caballo se paró en el río. El barro
fue peor esta vez que cuando subimos y me sorprendí que él no tuvo miedo porque
el camino fue técnico y a veces los caballos resbalaba. Marcos me dijo que su abuelo fue un
huaso, el dueño de un campo, y por eso estaba en su sangre montar caballo: me
hizo reír. Los caballos solo
llagaron hasta un punto destinado y de allí Marcos y yo caminamos 8 kilometres
para tomar el bus a puerto varas.
El bus llegó y dormí todo el viaje aun que estábamos hediondas (la culpa
de los caballos) y mojados. Cuando regresamos a puerto Varas sabíamos que no podríamos
tomar el bus a Santiago así y decidimos ir a un restaurante para comer y
cambiar ropa. Hicimos algo espontáneo y preguntamos un señor que estaba
caminando por la calle su local favorito y nos dio la dirección a Chamaca Inn
Restaurante. Entramos y con nuestras mochilas gigantes y las personas que
estaba trabajando se rieron de nosotros. Cambiamos ropa y trate de secar mi el pelo con la secamanos lo que no funcionó muy bien. Sin duda la comida en ese
local fue mas rico en Puerto Varas.
Pedí Fettuccini Alfredo
cremoso con camarones y Marcos
ordenó Paila Marina. Lamentablemente, después de cenar tuvimos que tomar el bus
para regresar a Viña del Mar. Tenia ganas de quedar, de hecho, no sé como salí
un lugar tan hermoso.



